jueves, 20 de agosto de 2015

Santo Guerrillerito “El Caído del Cielo”

“Siempre pensé que era una historia que nunca se iba a contar, que era una historia de estas tantas historias no dichas que están ahí, que están entre un pueblito en Santiago del estero que es Pozo Hondo  donde aparecieron los restos, otro pueblito que es Santa Lucia en Tucumán al pie del monte tucumano, familias humildes que por ahí no tienen aproximación al mundo de  los  derechos humanos, al mundo más público, a la contención de la militancia en  los organismos, es esa  gente que sufre  las consecuencias del terrorismo de estado solita, …”   PABLO GALLO (ANTROPÓLOGO FORENSE)



Comienzo del documental SANTO GUERRILLERITO "EL CAIDO DEL CIELO, el próximo 6 de abril viajo a Argentina para hacer las tomas finales
Posted by Modesto Lopez on Lunes, 30 de marzo de 2015

TEXTO DEL DIRECTOR
El 24 de Mayo de 2013, en un café de la provincia de La Rioja, Argentina, los amigos Anibal y Hugo, mejor conocido como “El Sapo Rioja”, compañeros que integran la asociación de ex presos políticos, me comentaron sobre la existencia de un santo guerrillerito. Desde entonces me quedé pensando en el tema, pasaron los meses y yo seguía pensando y soñando con el santo. Me preguntaba, ¿cómo será ese asunto, de que en Pozo Hondo, un pueblo de Santiago del Estereo, que limita con la provincia de Tucumán, hicieron alma milagrosa a un ex guerrillero tucumano, al que los pobladores del lugar vieron caer de un helicóptero militar en el año 1975 Su cuerpo fue enterrado como NN en el cementerio local, y muchos creyeron que “el caído del cielo” era una alma milagrosa, a la que se le podía pedir favores, y que al parecer los cumplía.

En Tucumán la represión estuvo siempre presente, desde principios del siglo XX se instauró el terror patronal para reprimir cualquier intento de organización obrera. Uno de los principales métodos de represión fue la invención de El Familiar, una especie de figura mítica, devorador de hombres, el cual fue muy difundido y popular en los ingenios azucareros del noroeste argentino.

En Argentina se describen diferentes versiones sobre este tipo de espíritus familiares, pero la más difundida lo identifica con una especie de criatura demoníaca, con forma de perro, que da poder y dinero a su poseedor, a cambio, generalmente, de vidas humanas; que suelen ser aquellos trabajadores que luchan por sus reivindicaciones.

Su existencia es tomada como real por la gran mayoría de la población de las plantaciones de azúcar en esa región, situación que muchas veces es aprovechada por los dueños de los ingenios argentinos para coaccionar a su peonada.

Se ha denunciado que a  El Familiar se le atribuyen, incluso las desapariciones de trabajadores en varios ingenios durante el Operativo Independencia. Cuenta el antropólogo forense Pablo que, estaba haciendo una prueba de ADN a una habitante de la zona cuyo hijo le habían desaparecido, y que ella le dijo: “¿para qué hacen esta prueba? Yo sé bien que a mi hijo se lo llevó El Familiar.  Como dice uno de los personajes del documental: “Tucumán tiene una matriz de miedo”.

Pese a todo, durante los años 60’s en Tucumán, se desarrollaron intensas luchas para la liberación de los sindicatos en manos de dirigentes vendidos a la patronal. En el año de 1966 la dictadura encabezada por el General Ongania, cerró los ingenios azucareros, provocando grandes movilizaciones obreras, asesinatos y encarcelamientos de trabajadores y estudiantes, desembocando en el levantamiento popular llamado “El Tucumanazo”.

En el año 2008, el Canal 7 de Santiago del Estereo, realiza una entrevista a los pobladores de Pozo Hondo, referente al alma milagrosa. Esta nota llama la atención de la delegación de los derechos humanos, que pide la intervención de los antropólogos forenses. A finales del año 2010, se identifican los restos, los cuales resultaron ser de Tomás Francisco Toconás, hachero cortador de cañas, peón rural, habitante de las mesadas, padre de 6 hijos.

Entramos  en contacto con Cacho Ledesma, a quién no conocía personalmente, él me ayuda a dar mis primeros pasos para acercarme a esta historia. Me llamaba mucho la atención que un hombre tan humilde, que vivía con su esposa y seis hijos en un rancho a orillas del río Totorillas, fuera tan duramente castigado por los militares quienes además se ensañaron con su familia, amparados por el Operativo Independencia, cuyo decreto firma la entonces presidente Isabel Perón, y que contó con el beneplácito de López Rega, quien ya había creado la Triple A y cuyas cabezas más visibles en Tucumán fueran los generales Adel Vilas, Domingo Bussi y Mario Benjamín Menéndez, quien además contaba con el apoyo del entonces gobernador de Tucumán, de los diputados y senadores y de un amplio sector de los sindicalistas oficialistas de la época, de la iglesia Católica, y de muchos medios de comunicación, entre los que destacan el Diario La Nación y su periodista Rosendo Fraga, quien reivindicaba la labor de los criminales.

Muchas son las coincidencias, o si uno fuera creyente diría milagros, que me hicieron comenzar este documental.

En el año 2013, antes de irnos a Tucumán con Guillermo y el resto del equipo, tuvimos la fortuna de conocer a tres hijas de Toconás, que estaban viviendo en Guernica, en la provincia de Buenos Aires. Las entrevistamos, y su participación fue clave pues ellas nos dieron mucha información y el lado más humano de la historia. Esto fue la punta del ovillo.

Ya en Tucumán, sucedieron muchas cosas importantes para el proyecto. El encuentro personal con Cacho Ledesma (ex integrante de la compañía de monte y que conoció a Toconás en vida), fue muy importante para tener una mejor ubicación de lo que estábamos emprendiendo. Cacho nos acompañó al cementerio de Acheral, luego nos presentó a una compañera que tenía a su madre y hermano mayor desaparecido, ambos vinculado a Toconás y a su familia.

Empezamos con el equipo a seguir los rastros de Toconas, nos desplazamos a los lugares donde ocurrieron los hechos y empezamos una investigación que duró dos años donde fuimos encontrando algunos amigos que llegaron a conocerlo, la gran mayoría de sus amigos ya habían fallecido, recorrimos los montes tucumanos, los pueblos donde estaban asentados los ingenios azucareros, corroboramos las creencias como las del El Familiar, encontramos algunos pobladores que estuvieron dispuesto a hablar como la maestra Lucia Aguilar, El picaflor campesino de 103 años que vive solo en el monte, su hijo Pascual Cisneros cortador de caña que fue secuestrado y torturado y que por suerte todavía la puede contar, la mayoría se negaba a recordar, todavía tenían el miedo en su cuerpo, algunos se atrevieron a hablar pero sin cámara, nos viculamos con el antropólogo forense Pablo Gallo quien llevó adelante la investigación que descubrió quien era el NN., nos vinculamos con el historiador y periodista tucumano Marcos Taire quien nos fue ubicando en el contexto histórico. El abogado Emilio Guagnini uno de los querellantes en el juicio a los militares nos facilitó el material del juicio, la gente del canal 7 de Santiago del Estero y los medios periodísticos de Tucumàn y Santiago del Estero nos abrieron las puertas para buscar en sus archivos, los pobladores de Pozo Hondo que vieron cuando tiraron el cuerpo y vivieron todo el proceso de convertirlo en Alma Milagros nos dieron su testimonio.

Cuenta el antropólogo forense Pablo Gallo, que cuando estaban desenterrando los restos, pobladores de la zona comenzaron a acercarse, inquietos los cuestionaban, querían saber por qué se querían llevar al santo. Fue una situación algo tensa, se les tuvo que explicar detalladamente las razones. Además, el día de la exhumación se desató una intensa lluvia, en un pueblo, Pozo Hondo, en el que rara vez llueve, lógicamente, la gente empezó a decir que el cielo lloraba por la partida del santo. La velación de sus restos fue en Santa Lucía, en donde estuvieron presentes sus seis hijos, algunos pobladores y varios de sus compañeros de lucha. Cacho Ledesma, ex combatiente de la Compañía de Monte (campamento guerrillero creado por el E.R.P.), colaboró mucho en todo lo relacionado con este descubrimiento, y fue él quien lo despidió, cuando finalmente lo enterraron junto a su esposa Francisca Eusebia Paz “la Negrita”. Ambos yacen enterrados en el cementerio de Acheral, en donde se puede leer el siguiente texto que reposa sobre la lápida:

Desde 1975 te decían la “Almita Milagrosa”. Los vecinos de Pozo Hondo, del departamento de Jiménez, en Santiago del Estereo, no sabían su nombre, pero se rumoreaba que le concedía “favores” a quienes se lo pedían con una plegaria. Se acordaban que vieron que su cuerpo era lanzado desde un helicóptero aquél año, pero la tumba en el Cementerio Municipal, por todo concepto enuncia borrosamente “Cadáver Desconocido”. Ahora ya no lo es. A partir de ayer, Lunes 27 de Diciembre de 2010, se sabe que desde el 22 de Abril de 1934, cuando nació; en Trancas, Tucumán, la familia y sus amigos le llamaban Tomás Francisco Toconás, y su apodo en la clandestinidad era “Alberto”.

Me pregunto cómo es posible que en Tucumán se pudo llevar adelante tan siniestro operativo. Tucumán: cuna de la Independencia, conocida en algún momento como “sepulcro de la tiranía”, en donde en 1812 el General Manuel Belgrano había librado la gran batalla que hizo posible la Independencia. Ese operativo tenía como objetivo la aparición de los centros clandestinos de detención y la desaparición forzada de miles de personas. Utilizando la lucha contra la subversión, movilizaron a miles de soldados para que combatieran en la zona rural, junto a oficiales y suboficiales; levantaron el falso patriotismo de la celeste y blanca, de viva la patria, “ningún pañuelo rojo remplazará nuestra bandera”, los subversivos obedecen a intereses extranjeros, etc., etc. Para después aplicar esta misma medicina en todo el territorio argentino y perpetuar la dictatura por muchos años más. El llamado operativo Independencia fue la prueba piloto para tantear y producir el golpe de estado del 24 de Marzo de 1976, que dejó más de 30,000 muertos y desaparecidos.
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El objetivo de los militares queda claro, era dar un escarmiento definitivo a los que creían que se podía hacer una revolución por la vía armada y a aquellos militantes que por las distintas vías combatían por un mundo mejor. La represión fue tan violenta, tan sangrienta, que golpeó a mucha gente inocente. Violaciones, torturas, asesinatos, sin ningún tipo de juicio, campos de concentración clandestinos. El objetivo, queda claro, era sembrar terror. Miedo que todavía hoy, perdura.
En definitiva el poder, a través del ejército, no hizo una guerra a las guerrillas, sino que aprovecharon las circunstancias para aplicar toda la crueldad posible y suprimir la subversión de raíz, desde la voluntad del pueblo para pronunciarse.

Me conmueve la historia de Toconás, porque en él está representado el hombre y la mujer común, capaces de dar la vida para que otros vivan. Son aquellos seres de los que no tenemos memoria. ¿Cuántos de ellos han ofrendado sus vidas para acabar con la injusticia? ¿De cuantas conquistas y derechos gozamos hoy en día, gracias a ellos? Estos NN son los que hicieron patria. Sus nombres no quedaron para la historia, pero igual debemos pensarlos cada paso que damos. Nosotros somos gracias a ellos.

Me llama la atención que después de 38 años de ocurridos estos hechos, el miedo  está aún instalado en gran parte de la población del norte de Argentina. Costó mucho encontrar personas que estuvieran dispuestas a hablar frente a una cámara. No obstante encontramos gente valiosa y valiente.

En el transcurso de la realización de este documental, se logró que el consejo deliberante de Pozo Hondo pusiera el nombre de Tomás Francisco Toconás a una calle de un barrio nuevo que se está por inaugurar, y en el lugar del cementerio que ocupó en otros tiempos, se instaló una escultura en madera, hecha por habitantes del lugar y una placa con un texto de Benedetti que dice:

"El día o la noche en que el olvido estalle, salte en pedazos o crepite los recuerdos atroces y los de maravilla quebrarán los barrotes de fuego, arrastrarán por fin la verdad por el mundo y esa verdad será que no hay olvido. El olvido está lleno de memoria".

Solo resta terminar de organizar este rompecabezas para que esta historia, la historia de Tomás Francisco Toconás, la historia de todos, sea bien contada en este documental.

La aproximación cinematográfica del proyecto ha sido un ejercicio documental en toda la extensión de la palabra. Contra la austeridad de una producción levantada con recursos propios, se reunió a un pequeño equipo de técnicos que acudió a la región del Tucumán, con el único objetivo de atestiguar la historia. Conforme pasaban los días ibamos desenterrando nueva información en torno a lo que había sido una mera intuición; creíamos que ahí había una historia, y la hubo. El trabajo se limitó a permitir que los personajes que se iban cruzando en nuestro camino nos la contaran.

No llevabamos grandes cantidades de equipo cinematográfico, y no hubo nunca una intención preciosista o contemplativa de los hechos. La escencia de esta película es la crudeza de una historia inconclusa, de piezas inconexas, de preguntas más que de respuestas, y en esa tónica fue que se levantó el registro de imagen y sonido.

El reto posterior fue hilar las piezas, ensamblar los testimonios, contar a muchas voces una historia que se escribió para ser enterrada y olvidada.

El esqueleto de la edición está esbozado, hay trabajo que hacer todavía, para darle dinamismo a la historia y permitir que el público nos acompañe con atención a lo largo de esta historia, de la historia de Argentina. El material con el que se cuenta: los testimonios, las entrevistas, las vistas de la región, el retrato de los lugares donde sucedieron los hechos, el material de archivo, la música, todo está dispuesto al servicio de la narrrativa histórica del documental. Sin adornos, sin gráficos elaborados, sin sutilezas que maquillen una verdad histórica que fue cruda, que fue dura, que fue y sigue siendo tormentosa para muchos.

Esta es nuestra apuesta, partir de la historia fatídica de Tomás Francisco Toconás para contar la realidad de un país y de un continente.






Modesto López López
Director del documental
Equipo: Esther Toconas, Modesto López, Pascual Cisneros, Victoria Toconás,  integrantes del equipo de filmación encabezado por Guillermo Tello en la cámara y sentada la maestra e investigadora Lucia Aguilar














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Imagenes del día del Veredicto

Video de la Sentencia

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